El sonido como patrimonio inmaterial de las ciudades

Desde calles altamente concurridas hasta parques que emanan tranquilidad lo cierto es que cada ciudad tiene un sabor o, mejor dicho, un sonido particular. Y es que a pesar de que el concepto de globalización pueda llevarnos a pensar que la identidad de las grandes ciudades cada vez tiende más a homogeneizarse, las instituciones públicas están centrando todo su esfuerzo en mostrar sus atractivos más característicos.

Más allá de edificios emblemáticos y lugares turísticos, el patrimonio de una ciudad también comprende activos inmateriales. Así, el sonido entendido en clave de paisaje sonoro ha sido declarado por la Unesco como ‘Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad’ en 2006.

Pero, ¿qué se entiende por paisaje sonoro?

En realidad, el paisaje sonoro hace referencia al conjunto de sonidos que caracterizan a un determinado lugar. Es decir, todos los sonidos que las personas identifican con un lugar concreto.

No obstante, en materia de ciudades y núcleos urbanos hay que tener en cuenta que el ser humano es una fuente sonora activa más del paisaje sonoro. Las voces, los movimientos o las acciones de las personas son igual de importantes a la hora de considerar el paisaje sonoro urbano. Es por ello que a nivel urbanístico urge tratar todos estos ruidos como un recurso más en lugar de como mero residuo.

En esta misma línea, pese a que en multitud de ocasiones se valoren de manera negativa los sonidos producidos por la actividad humana, en realidad todo este conjunto de sonidos no es otra cosa que la manifestación sonora de una determinada cultura.

Sin embargo, esta última idea no puede dar a entender que el paisaje sonoro de un lugar determinado debe permanecer idéntico con el paso de los años. Al igual que la cultura de una sociedad se va adaptando a los cambios de la misma, los sonidos también hacen lo propio. No obstante, a pesar de que en los últimos años el sonido haya despertado algo de conciencia sobre los entes públicos, la verdad es que en la mayoría de los casos todavía falta la elaboración de estrategias concretas con el sonido como elemento protagonista.

Así, mientras la oferta cultural de las ciudades está conformada principalmente por museos de arte, ciencias naturales o etnográficos, a día de hoy la existencia de una galería creada expresamente para mostrar la evolución del paisaje sonoro de una urbe determinada sigue siendo ciencia ficción.

Al fin y al cabo, si el principal objetivo de Agenda 2030 es legar a las próximas generaciones un entorno sostenible visto desde todas las perspectivas. ¿Acaso no sería idóneo dotar a las ciudades de la transformación de su material sonoro a fin de no repetir eternamente los mismos errores?

Cada ciudad, lugar o espacio tiene una combinación de sonidos igual de único que una firma ¿A qué suena tu entorno?

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