Caminar y escuchar: la importancia de la escucha activa

Ya sea volviendo del trabajo o de clases, la escucha atenta y consciente al caminar puede tener excelentes beneficios no solo a nivel físico sino también en el plano psicológico.

Quizás lo primero en lo que pienses cuando hablamos de caminar y escucha activa sea un bosque o un sendero en el campo. Sin embargo, a día de hoy, con más de la mitad de la población mundial viviendo en núcleos urbanos, la realidad es que lo anterior se convierte en algo bastante complicado para muchas personas.

“La naturaleza nos ha dotado de dos oídos y una sola boca para recordarnos que vale más escuchar que hablar”

Zenón

A este respecto, la solución más factible que encuentran muchas personas pasa por aprovechar los trayectos de ida y vuelta del trabajo. En este sentido, el simple hecho de ir a pie a un ritmo calmado y con la mente concentrada en percibir todos los estímulos que el entorno es capaz de ofrecer supone una actividad más que terapéutica para todos aquellos que lo ponen en práctica.

Sin embargo, y pese a lo que pueda parecer, esta actividad tiende a ser algo más difícil durante los primeros intentos. Y es que lo que verdaderamente supone un reto para la mayoría de las personas es dejar a un lado la habitual primacía que se le suele otorgar a la observación visual a fin de poder enfocarse plenamente en la escucha e identificación de todos los estímulos sonoros del entorno.

Beneficios de la escucha activa en naturaleza

Como ya se ha señalado, caminar mientras prestamos especial atención al sentido del oído se trata de una actividad muy beneficiosa para quien la pone en práctica. A este respecto, llevar a cabo de forma regular la escucha atenta en la naturaleza facilita la desconexión del individuo de los problemas que le aquejan a diario además de activar el cuerpo y la mente. En cualquier caso, los beneficios que aporta esta actividad no se limitan a la esfera personal, sino que también contribuye a mejorar la comunicación interpersonal favoreciendo la empatía y la asertividad.

¿Escucha activa en el trabajo?

En un momento en el que las personas están más ocupadas que nunca y en el que la mayoría de la gente no encuentra tiempo para dedicarlo a uno mismo, los expertos afirman que es posible ejercitar la escucha activa en actividades de nuestro día a día como en el propio trabajo.

En este sentido, la escucha activa no solo se limita a la apreciación de los sonidos del entorno o de la naturaleza, sino que también implica la atención con plena conciencia e interés en lo que la persona que tenemos delante nos está transmitiendo.

Con todo, la puesta en práctica de los anteriores ejercicios de escucha activa se traduce en numerosos beneficios que se resumen en la creación de un clima de trabajo óptimo. El incremento de la motivación, la confianza entre grupos, mejora en la toma de decisiones y la resolución de conflictos son algunos ejemplos de los efectos de la escucha activa en ámbito laboral.

Somos lo que escuchamos

Anterior
Anterior

Somos capaces de ver tu marca. Pero, ¿de oírla?

Siguiente
Siguiente

Nuevo trabajo para Conservas Ortiz